Lectura completa – Juan 5:1–15 (NTV)
1 Después Jesús regresó a Jerusalén para la celebración de uno de los días sagrados judíos.
2 Dentro de la ciudad, cerca de la puerta de las Ovejas, se encontraba el estanque de Betesda, que tenía cinco pórticos cubiertos.
3 Una multitud de enfermos —ciegos, cojos, paralíticos— estaban tendidos en los pórticos.
5 Uno de ellos era un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
6 Cuando Jesús lo vio y supo que hacía tanto que padecía la enfermedad, le preguntó: —¿Te gustaría recuperar la salud?
7 —Es que no puedo, señor —contestó el enfermo—, porque no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se agita el agua. Siempre alguien llega antes que yo.
8 Jesús le dijo: —¡Ponte de pie, toma tu camilla y anda!
9 ¡Al instante, el hombre quedó sano! Enrolló la camilla y comenzó a caminar. Pero ese milagro sucedió el día de descanso,
10 así que los líderes judíos protestaron. Le dijeron al hombre que había sido sanado: —¡No puedes trabajar el día de descanso! La ley no te permite cargar esa camilla.
11 Pero él respondió: —El hombre que me sanó me dijo: “Toma tu camilla y anda”.
12 —¿Quién te dijo semejante cosa? —le exigieron.
13 El hombre no lo sabía, porque Jesús había desaparecido entre la multitud.
14 Pero después Jesús lo encontró en el templo y le dijo: —Ya estás sano; así que deja de pecar o podría sucederte algo mucho peor.
15 Entonces el hombre fue a ver a los líderes judíos y les dijo que fue Jesús quien lo había sanado.
Fragmentos + Enseñanzas sobre Jesús
Versículos 1–3: El escenario invisible
Jesús entra a un lugar que otros evitaban. No fue a buscar a los líderes, fue a buscar a los olvidados.
Él ve donde nadie mira. Su compasión no necesita plataformas.
Versículos 5–6: La pregunta que despierta
“¿Te gustaría recuperar la salud?” Jesús no impone el milagro. Pregunta primero.
¿Tú realmente quieres ser libre… o ya te hiciste amigo de tu excusa?
Él honra tu decisión. No te obliga a sanar. Te llama a decidir.
Versículo 7: El estancamiento que suena a excusa
Después de 38 años, este hombre responde con resignación. Su respuesta es reflejo de frustración profunda.
Él no se impresiona por tus excusas, pero tampoco te condena por tenerlas. Te ofrece una salida.
Versículos 8–9: El milagro que requiere acción
“¡Ponte de pie, toma tu camilla y anda!” El milagro llegó con una orden… y una decisión.
Él no solo tiene poder, también tiene autoridad. Y cuando Él habla, las cadenas sueltan.
Versículos 10–13: El sistema que no entiende la libertad
El hombre celebra, pero otros lo juzgan. Jesús rompió estructuras religiosas para liberar un alma.
Él siempre pondrá la restauración por encima de la tradición.
Versículo 14: La segunda visita
“Deja de pecar…” Jesús no solo sana. Confronta con amor para transformar.
Él no quiere que solo camines… quiere que vivas diferente. Su amor también corrige.
Versículo 15: El testimonio
Después del segundo encuentro, el hombre puede decir Su nombre: Jesús.
Él no busca solo hacer algo por ti. Busca revelarse a ti. Que lo conozcas.
Enseñanza clave
Jesús no fue a Betesda solo a hacer un milagro. Fue a despertar el alma de un hombre que había dejado de esperar.
Oración final
Jesús, a veces no sé si quiero cambiar o solo estoy acostumbrado a quedarme igual. Pero hoy escucho tu voz que me dice: “¿Quieres ser sano?” Si tú crees que puedo, yo también quiero. Ayúdame a levantarme, a tomar lo que me cargaba… y a caminar hacia la vida que preparaste para mí.
Preguntas para reflexionar en grupo
- ¿Hay alguna parte de tu vida donde te sientes estancado?
- ¿Has dejado de esperar algo porque pasó demasiado tiempo?
- ¿Qué responderías tú si Jesús hoy te preguntara: “¿Quieres ser sano?”
- ¿Estás cargando camillas viejas… o caminando en libertad?